La carita más adorable del mundo. Una cara que los papás nunca olvidarán, pero que querrán enseñar a la persona que la tiene cuando crezca, ¡y a toda la familia mientras tanto! Vale, ¡a todo el mundo! Si estáis muertos de ilusión y ya tenéis escogido hasta el color del chupete del bebé, este pequeño gran detalle puede convertirse en la guinda que decore su habitación. O en el regalo más personal y tierno para quienes están en la dulce espera. Captura ese instante inolvidable y vístelo con este marco.