Este certificado tendrá una validez de diez años y detalla la eficacia del edificio en cuanto al consumo de energía y las emisiones de CO2. Incluso será necesaria la muestra de la certificación en cualquier anuncio de venta o alquiler del inmueble; algo que ya es habitual en otros países de la Unión Europea como Francia e Italia.
Hasta ahora en España sólo se exigía un documento semejante para los edificios de nueva construcción o grandes rehabilitaciones, pero Europa con su Directiva 2010/31/UE, obliga a que este Certificado lo posea todo edificio o unidades de éstos que salgan al mercado, tanto en venta como en alquiler y tanto si es nueva como si es de segunda mano.
Los inmuebles serán catalogados con las letras A, B, C, D, E, F y G (etiqueta de eficiencia energética) de acuerdo al resultado de la certificación. Se otorgará la letra A (la máxima calificación) a aquellos inmuebles que consuman menos energía y la letra G (la mínima calificación) a aquellos inmuebles que sean mucho menos eficaces energéticamente hablando.
Por medio de este certificado, se pretende favorecer la promoción de inmuebles de alta eficiencia energética.